Para muchos, la inteligencia artificial es un fenómeno totalmente nuevo. Pero, en realidad, la conversación en torno a la inteligencia artificial fue planteada por primera vez hace más de 70 años por Alan Turing. En su artículo “Computer Machinery and Intelligence“, que publicó en 1950, plantea la pregunta “¿Pueden pensar las máquinas?” y utiliza el llamado “juego de imitación” -comúnmente conocido hoy como “el Test de Turing ” para definir y caracterizar el concepto que más tarde, a raíz de la Conferencia de Dartmouth de 1956, recibiría el título de “inteligencia artificial”. “La Prueba de Turing” requería que un individuo humano distinguiera entre la respuesta textual de un humano y la de una máquina.
En su artículo, Turing sitúa la comunicación como elemento decisivo de la IA y reformula su pregunta inicial para explorar la capacidad comunicativa de las máquinas. Plantea la hipótesis de que la comunicación es el resultado de la inteligencia. Como consecuencia de ello, propone que cualquier persona o cosa que tenga la capacidad de comunicarse de la forma en que se espera que pueda hacerlo un ser humano, será considerada inevitablemente inteligente. A finales del siglo XX, Turning espera que los avances en la comunicación de las máquinas hayan llegado a un punto en el que sea razonable hablar de inteligencia de las máquinas. Con ello, Turning se dio cuenta -antes que nadie- de que la comunicación es y sería la base del aspecto teórico y práctico de la inteligencia artificial.
Más tarde, Stuart Russel y Peter Norvig publicaron la obra titulada “Artificial Intelligence: A Modern Approach” , que se convirtió en uno de los libros más importantes en la investigación de la IA. En él analizan los cuatro posibles objetivos definitorios de la IA, que dividen los sistemas informáticos en dos grupos basados en la racionalidad y el pensamiento frente a la actuación. El enfoque humano incluye sistemas que actúan como humanos y sistemas que piensan como humanos, mientras que el enfoque ideal incluye sistemas que piensan racionalmente y sistemas que actúan racionalmente.
Para simplificarlo, la IA mezcla sistemas informáticos y bases de datos para permitir la resolución de problemas. Las máquinas imitan los procesos de la inteligencia humana centrándose en las habilidades cognitivas de aprendizaje, razonamiento, autocorrección y creatividad. En el campo de la comunicación, Olivia Matti, AI-Prompting Engineer de CopyCockpit by SwissMadeMarketing GmbH, la define como “un ordenador que intenta imitar nuestro lenguaje. Es una máquina que, mediante cálculos, intenta encontrar patrones que antes no reconocías”. (¡Lea la entrevista completa con Olivia Matti aquí!)
El lanzamiento de ChatGPT por OpenAI en noviembre de 2023 supuso un gran paso en la evolución de la IA, ya que su versión preliminar de investigación gratuita GPT-3.5 se puso de repente a disposición del ciudadano de a pie y fue capaz de ayudarle a realizar tareas cotidianas o procesos de trabajo. En un tiempo récord, ChatGPT alcanzó los 100 millones de usuarios. Más rápido que plataformas de medios sociales como TikTok, que alcanzó este hito en 9 meses, e Instagram, que llegó a esta misma cifra después de 2,5 años.
Con este aumento de la popularidad de la IA y el revuelo que la rodea, muchas empresas han creado sus propias herramientas de IA y/o han implementado funciones de IA en sus productos y servicios existentes. Un ejemplo de ello es la herramienta de redacción CopyCockpit de SwissMadeMarketing GmbH, con la que trabaja Olivia Matti. Otro ejemplo es la nueva función de IA que ha implementado Canva, que te permite generar imágenes que puedes utilizar para tus diseños.
Pero esta fácil disponibilidad de herramientas de IA también ha tenido un impacto directo en el campo de las comunicaciones, especialmente en el periodismo. Diferentes redacciones y periodistas tienen diferentes perspectivas y se han adaptado -o no- de distintas maneras. Especialmente el impacto que puede tener en la fácil creación de noticias falsas a través de imágenes generadas por IA, es un gran punto de discusión. Mario Saavedra, periodista de El País, cree que “el futuro de la mitad de los periodistas que salen de las universidades estará en la verificación de lo que es cierto y lo que no es cierto. Con la inteligencia artificial van a tener una herramienta que servirá para identificar fakes, pero también un enemigo producirá fakes.” (¡Lea la entrevista completa con Mario Saavedra aquí!)
Como vemos, hay muchas incógnitas y es -como siempre- difícil predecir el impacto de la IA en el futuro del campo de la Comunicación. Pero con este proyecto, hemos intentado acercarnos -sólo un poco- a responder a la larga lista de preguntas.